El cuerpo etérico se ha hecho visible gracias 12 a la fotografía Kirlian, una técnica para capturar imágenes fotográficas de las descargas de corona y, por ende, de las auras de los seres vivos.
Es el primero de los cuerpos sutiles que tienen todos los seres vivos, que son capas de energía, cada una de las cuales se distingue de las demás debido a su frecuencia vibratoria específica.
El cuerpo etérico está compuesto de energía sutil (plasma) que subyace al cuerpo físico y lo interpenetra, sirviendo como un puente entre el cuerpo físico y los cuerpos de energía superior.
Como en un negativo fotográfico, es la capa más cercana a la piel, su duplicado etérico exacto, con canales de energía (meridianos) y centros de energía (chakras) que regulan el flujo de fuerza vital (prana, chi…).
El cuerpo etérico es, en última instancia, la fuente de nuestra energía, fuerza y bienestar, una red de energía en constante fluctuación y vibración a partir de la cual se forma nuestro modelo energético, proporcionando el marco físico para nuestros cuerpos.
Las alteraciones o desequilibrios en forma de trauma, toxicidad, etc. pueden provocar problemas de salud física y emocional.
Prácticas como la acupuntura, la terapia vibracional, la sanación energética, etc. tienen como objetivo equilibrar y armonizar el cuerpo etérico para restaurar la vitalidad.
Los cuerpos sutiles en su totalidad conforman el sistema energético humano que, junto con los sistemas de meridianos y chakras, crea un campo de energía interconectado que impregna y rodea el cuerpo físico.